Sin duda alguna la epidemia de la COVID-19 ha sido una catástrofe, y por supuesto, habiendo tantas personas fallecidas, no hay quien se alegre de ello. Pero desde el punto de vista del conocimiento, hemos aprendido mucho no solo sobre la inmunidad de esta enfermedad, sino sobre la inmunidad y vacunas en general. Así que, es una catástrofe, pero intentamos y debemos intentar sacar el máximo partido de esta situación para aprender cómo afrontar futuras pandemias. Una de las cosas de las que estoy orgulloso, es haber propuesto en 2015 junto a Jeremy Farrar y Adele Mahmoud una organización para desarrollar vacunas frente a las amenazas epidémicas potenciales. Porque todos sabemos que la denominada enfermedad X, ocurrirá, y en este caso, por supuesto, la enfermedad X ha sido la COVID. Pero esa organización, como sabéis, ahora se llama CEPI (La Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias), y está haciendo justo lo que esperábamos –desarrollando vacunas contra las enfermedades que podrían convertirse en una pandemia, para que podamos tener algo preparado anticipadamente para el futuro.