En personas con trastornos de la coagulación, excepto por algún criterio médico específico, las inyecciones intramusculares de pequeño volumen, como las que se usan para esta vacunación, pueden ser aplicadas con una seguridad razonable. Se recomienda el uso de agujas finas de 0.5 a 0.6 mm (25G o 23G), y mantener una presión en el lugar de la inyección (sin frotar) durante 2 minutos después de la vacunación. En cualquier caso, la persona que se vacuna tiene que ser informada sobre la posibilidad de tener un hematoma en el lugar de la inyección.
Las personas en tratamiento crónico con anticoagulantes, que están bajo control y tienen un INR estable, pueden recibir una vacunación intramuscular sin ningún problema.
Si existe alguna duda, un médico debe evaluar el caso individualmente para determinar la posibilidad de recibir (administrar) la vacuna.