Uno de los puntos interesantes sobre la situación actual (aparte del uso maravilloso de diferentes estrategias científicas para desarrollar las vacunas, obviamente, el ARN mensajero, vectores, muchos virus diferentes siendo utilizados como vectores, y los plásmidos de ADN, etc.) es la auténtica explosión de información sobre cómo se desarrollan las vacunas. Pero además, durante los últimos años también se han incrementado enormemente la búsqueda de las reacciones a las vacunas y la ciencia de lidiar con la seguridad de las vacunas. Y con razón, porque, por supuesto, es importante que sepamos qué reacciones a las vacunas hay, si es que las hay. Pero hay un punto importante que en cierto modo tiene algo que ver con lo que dije respecto a la educación de los niños sobre las vacunas, y es otro aspecto de la educación que por desgracia falta, o por lo menos en la mayoría de los países es escasa, y es la enseñanza a los niños sobre estadística y riesgo. Ahora, imagino que esas personas que apuestan por los caballos lo entienden, porque pasan sus vidas invirtiendo su dinero en algo que creen que es el riesgo justificado, y no un riesgo imprudente. Pero desafortunadamente, las personas no entienden verdaderamente los riesgos en términos de estadística. Me refiero, que cuando hablamos de que una vacuna tiene un 90% de eficacia, y cuando hablamos de que una vacuna provoca cierta reacción en una de cien mil veces, sabemos que estamos balanceando las estadísticas, en un lado de la balanza está la eficacia de la vacuna y en el otro su capacidad de causar una reacción no deseada. La seguridad absoluta no existe. Sabéis, que durante una comida, una comida copiosa, existe un riesgo limitado de atragantamiento durante la comida y de que tengas una reacción grave. Por supuesto, este riesgo es muy, muy bajo. De manera similar con las vacunas: el riesgo existe, por supuesto. Pero si la persona entiende que el riesgo es de uno en cien mil comparado con el riesgo de enfermedad, siendo, digamos, por ejemplo, el riesgo de la muerte de uno de cada mil, cualquier persona razonable elegiría la vacuna. Pero el problema está en que muchas personas no entienden el riesgo, y otra vez, quizás, hago demasiado hincapié en la educación primaria, pero en un mundo perfecto yo insistiría en que cada niño hiciera un curso de estadísticas para entender los riesgos. Y creo que es una parte muy importante de la educación, no solo para las vacunas, sino para la vida en general.