A los niños y adolescentes con obesidad grave o comorbilidades se les debe ofrecer una serie primaria de vacunación contra la COVID-19 y la primera dosis de refuerzo.
Sin embargo, el riesgo de enfermedad grave y muerte debidos a la COVID-19 es menor en personas sanas menores de 18 años. Este riesgo también ha disminuido sustancialmente desde el inicio de la pandemia gracias a la inmunidad obtenida mediante infección natural y/o vacunación.
Si bien algunas vacunas contra la COVID-19 están aprobadas para niños y se ofrecen en algunos países, la prioridad debe ser ofrecer las vacunas a quienes corren mayor riesgo y garantizar que todos los niños reciban todas las dosis de las vacunas infantiles de rutina.