Si está vacunado contra la COVID19, aún puede infectarse con el virus, pero tiene muchas menos posibilidades de desarrollar una enfermedad grave o incluso fatal.
Mientras conduce un coche, el riesgo de lesiones graves aumenta con la velocidad. Para COVID-19, el riesgo de enfermedad grave aumenta con la edad y es mayor para las personas con enfermedades crónicas de base.
Si no se vacuna, no tiene porqué infectarse, desarrollar una enfermedad grave por COVID-19 o morir necesariamente. Del mismo modo, si conduce sin cinturón de seguridad, no tiene porqué tener un accidente o lesionarse necesariamente.
Pero ¿y si lo hace? Un cinturón de seguridad no puede protegerlo al 100%, pero reduce enormemente las posibilidades de sufrir daños graves tras un accidente.
Esto también es cierto para las vacunas frente a la COVID-19: no pueden protegerlo al 100 %, pero reducen enormemente la probabilidad de que desarrolle una enfermedad grave por COVID-19. El objetivo tanto del cinturón de seguridad como de la vacunación es reducir el riesgo y mantenerlo a salvo.