Esta práctica general es necesaria después de la administración de cualquier vacuna para observar la reacción de una persona a la vacuna y garantizar la disponibilidad de primeros auxilios si sufren cualquier reacción alérgica severa, incluido shock anafiláctico. Las reacciones anafilácticas pueden ser potencialmente letales si no son detectadas y tratadas de inmediato. Los síntomas pueden incluir pulso rápido y débil, erupción cutánea, desvanecimiento, respiración sibilante, náusea y vómito.
Las recomendaciones respecto a la duración del tiempo de observación pueden variar por país. En general tras la administración de una vacuna, la persona debería permanecer durante 15-30 minutos en el centro sanitario o centro comunitario de vacunación donde los profesionales sanitarios están disponibles, en caso de cualquier reacción inmediata, para prestar primeros auxilios.
En general, las personas que hayan presentado una reacción alérgica severa a la primera dosis de una vacuna no deben recibir las dosis adicionales de la misma vacuna. Además, aquellas personas que han sufrido cualquier efecto secundario u otros eventos sanitarios deben avisar a sus proveedores médicos después de la vacunación.